Para empezar vamos a
analizar el gran problema que se plantea al no estar motivados para el estudio
y que supone fuertes enfrentamientos entre padres e hijos.
Resulta obvio que a los niños no les guste estudiar y muchos padres están preocupados por ello pero, ¿por qué sucede esto?
En primer lugar la causa está en la metodología, ya que los niños necesitan actividad y “juegos” (educativos) para aprender.
Por otro lado,
encontramos otro factor en cuanto a la manera de hacerle ver al niño el
estudio, es decir, se les hace ver que es una obligación que tienen que cumplir y que les llevará por buen camino
para conseguir un buen futuro, sin embargo, los niños no entienden esto, ellos
sólo pueden pensar en algo más cercano, en el presente, por tanto no les ayuda
a motivarlos.
Además, muchas veces
es demasiada la información que tienen que memorizar
y si de por sí no están motivados, esto les hará aburrirse aún más.
Otros estudios
defienden que es la falta de disciplina
la que influye sobre sus ganas de aprender, pero nosotras consideramos que esto
no es del todo cierto porque los niños necesitan dinamismo y cambios de
actividades constantes para poder prestar atención a todo y descubrir cosas
nuevas.
Muchas veces ocurre
que los niños tienen que estudiar cosas que no saben lo que son, es decir, que
no las conocen ni las han visto nunca, es por esto que no les prestan la mínima
atención. De este modo, ni siquiera pueden aplicar la imaginación y es en esta
etapa donde deben potenciarla al máximo.
Según Daniel
Willingham “la
principal dificultad estaría en que el cerebro prefiere recurrir a la memoria
antes que a pensar, a no ser que lo reten a resolver problemas desafiantes. Y
eso es lo que falta en educación”.
Si comparamos nuestro
sistema educativo con el famoso sistema
educativo finlandés nos daremos cuenta de la diferencia abismal que nos
separa, empezando por la preparación de los profesionales de la educación y terminando
con la metodología aplicada en las aulas.
Y por último, en
menor medida podemos señalar otras causas que se dan en determinados casos pero que sin duda no son
las causas que generalmente afectan a la mayoría de los niños. Entre ellas
están el maltrato por parte de sus familias, el hambre, los problemas
familiares como la salud, el dinero…
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