¿Por qué motivar a los niños?


La motivación es algo necesario para mejorar el comportamiento, la responsabilidad y la salud del niño.

Es bueno para la salud ya que se acostumbran a tomar unos hábitos, que por ejemplo mediante juegos, hacen que eviten una vida sedentaria.



Favorece la responsabilidad en cuanto a las tareas, no solo mejoran las destrezas y los conceptos nuevos, sino que también es una oportunidad para los padres para participar en las actividades de sus hijos.





Influye positivamente en el comportamiento del niño ya que le enseña a respetar a los demás, a trabajar en grupo, a obedecer a los padres, familiares y profesores…




A diferencia del nivel de motivación que tienen los adolescentes y adultos, los niños muy pequeños dependen totalmente de sus mayores para su sostén y para obtener información.
Sin embargo a medida que van creciendo son los padres, los que deberían lograr que la motivación de sus hijos provenga de ellos mismos, es lo que se llama motivación interna. Por eso los progenitores deben ayudar a motivar a sus hijos siempre, pero encaminado a deslindarse en la motivación externa (o sea la de los padres).
Un ejemplo de ello son las actividades de ayuda en el hogar, como: hacer camas, levantar o depositar la ropa sucia, ordenar zapatos, poner y quitar la mesa, barrer, guardar ropa, víveres en alacenas, entre otras.
También los padres deben ayudarle a su hijo pequeño a desarrollar la capacidad de autodisciplina para buscar beneficios a largo plazo más que a corto plazo; este cambio del tipo de motivación llega en parte con la edad, y en parte con la experiencia.




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